Hay un punto en que el camino es más abierto y se convierte en un
sendero en medio de un pedregal. Aunque está bien señalizado hay
que fijarse en las señales, hay que estar atento, pero siempre veremos a
lo lejos una flecha enorme que nos reconducirá en caso de liarnos.
Sirve de referencia el saber que la carretera nacional, aunque a
distancia, va paralela a nuestra derecha.
Otro dato: en este tramo me encontré con grietas en el terreno y una
vez metí la pierna hasta el fondo de un agujero. Ojo también con los
rebaños y los mastines
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